Take It Slow

Take It Slow

¿Que si alguna vez hemos comprado una camisa solo por moda y no necesitábamos? GUILTY. Recapacitamos y no lo volvimos a hacer. Lleva tiempo y will, pero es posible. Dejemos de comprar por comprar y empecemos a entender porqué la industria textil, cuando no lleva procesos responsables puede causar un gran impacto. Y si, ¡es un problema de todos! 

Hablemos de lo que siempre se ha dicho pero no logramos entender. El Fast Fashion o moda rápida. Un sistema de producción acelerada donde se generan grandes volúmenes de ropa en muy poco tiempo. Esto, como una respuesta a las tendencias que cada año aumentan, donde al principio se sacaban cuatro colecciones al año y hoy se pueden llegar a crear hasta 50 colecciones y tendencias en el mismo año. ¿Quién puede aguantar este ritmo?

Este sistema se ha vuelto lo “normal” en los últimos 80 años. Podemos tener esa necesidad de estrenar ropa nueva todo el tiempo. Las marcas tienen que keep up y aumentan su producción, sacrificando la calidad de las prendas. En pocas palabras, quantity over quality.  

Nuestros valores de negocio y de marca no comparten este mindset. No es negociable que el trabajo se convierta en hacer por hacer, vender por vender e incentivar a nuestra comunidad a comprar por comprar. Es importante entender, como empresas y como consumidores, que tanto afán no nos lleva a nada más que a una satisfacción instantánea y cansancio, sobre todo de nuestro planeta.

Aquí te damos tres razones, entre miles, por las cuales Routonomy takes it slow. Al terminar esta lectura, ¡cuéntanos si te unes también!

1. Nos estamos llenando de plástico:

¿Si te decimos que el pescado que comiste hoy muy probablemente tenía residuos de plástico, nos creerías?

We know, es casi imposible creer que existe una relación entre la ropa y los alimentos que consumimos, pero la hay. Las telas sintéticas como el poliéster y el nylon se producen con petróleo y demás químicos. Cada vez que lavamos nuestra ropa en la lavadora de nuestra casa, los tejidos sueltan estas fibras. Las microfibras llegan a las vías fluviales, luego a los ríos, lagos y océanos. Son tan pequeñas que son fácilmente consumidas por peces y otros animales que viven o toman de estos cuerpos de agua. Además, los cultivos de nuestros alimentos son regados con esta agua.

No nos gusta pensarlo, pero si, la producción masiva de ropa hecha con fibras sintéticas termina en nuestra comida. La solución viene de atrás. ¿Cómo lavamos nuestra ropa y qué tan frecuente lo hacemos? Y si vamos más allá, lo ideal es ser conscientes de las fibras de las que está hecha la ropa que estamos comprando. Empezar por leer las etiquetas. Si vemos un 100% Hemp u Organic Hemp, sabemos que no tendrá ningún residuo que termine en los océanos. 

2. Más ropa es igual a más desperdicios

Entre tanto afán por consumir, compramos ropa que seguramente no necesitamos y que usaremos pocas veces. Lo repetiremos las veces que sea necesario: no compres por comprar. La ropa ya no se reúsa tanto como antes, y el ritmo de producción para mantener tanta tendencia nueva y tanta demanda, ha llevado a que haya toneladas de exceso de inventario y residuos de tela que terminan en un basurero. Let's be honest, muchas veces nos aburrimos de usar la misma prenda y en vez de regalarla, la guardamos o la tiramos y vamos a comprar una nueva. Hacemos esto sin pensar que podemos darle una segunda vida a estas prendas y seguro haremos feliz a alguien más. 

Regalemos más, reusemos más, reciclemos más. Time to embrace those vintage pop ups, que fijo encontraremos un tesoro. Compremos ropa que REALMENTE necesitemos y que nos guste tanto que por nada del mundo la tiraríamos al basurero. Ámala como nosotras amamos nuestro Viento Collection.

3. Calidad que no dura:  

En Routonomy, somos muy cuidadosos con la calidad de nuestros materiales y transparentes con las fibras que usamos, como el Organic Cotton y nuestro ultra top beloved Hemp o Cañamo. Esto es parte fundamental de nuestros core values. Sabemos que la calidad lo es todo, desde por qué comprarías una prenda hasta cuánto te va a durar. Para lograr esto, nos tomamos el tiempo para investigar y trabajar de la mano de nuestros proveedores. A diferencia de un proceso rápido donde no importan las fibras, su impacto y mucho menos su calidad.

El Fast Fashion parece funcionar porque los precios son muy bajos, la producción es muy rápida y la calidad no es suficientemente buena, lo que hace que necesites comprar más cantidad. Algunos de los tejidos más baratos sueltan fibras con más facilidad porque las fibras son más cortas o no están bien hiladas. Esto hace que la ropa no aguante más de una “temporada” y terminen como basura en landfills u océanos.

¿Qué tal comprar una prenda que realmente dure y combine con todo en vez de muchas que no sean funcionales? Y lo mejor, cuando hayan pasado muchos años y aventuras, poder compostarla y alimentar los cultivos.

La solución como marca a un problema que sigue creciendo no es fácil pero tampoco imposible. Creemos fielmente que uniendo fuerzas no será tan cuesta arriba. ¿Cómo? Por nuestro lado, ofrecer productos siguiendo procesos responsables y materiales que disminuyan el impacto ambiental. Por tu lado, pensarlo dos veces antes de comprar una prenda hecha de materiales sintéticos, combinando los esenciales para lograr un estilo que te haga sentir bien, cuidando tu ropa al lavarla y ¡no usando la secadoraaaaaaaa!

Entonces… ¿Nos acompañas a take it slow?

Amamos ir paso a paso.

              Take it slow today, shop small.



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